05/01/12

Capturan a “El Mataperros”, responsable del incendio del Royale

Adán llegó tarde a comprar el regalo de Miriam. La mayoría de los almacenes, tiendas y puestos de tianguis ya sólo exhibían los regalos que ningún niño en su sano juicio elegiría, juguetes que son insultos de regalar hasta para niños con síndrome de Down, respaldándose en la lógica de que son demasiado estúpidos para diferenciar un MicroMachine de un cubo de Lego, o una ficha de Monopoly del dinero para su leche… al final todas esas cosas acabaran metidas en su nariz. No tenía intenciones de insultar a su hermanita, y tampoco tenía las ganas de confesarle que los Reyes Magos no existen, un día antes justo de su llegada.  Recordó el video que varios contactos habían posteado en su muro ese día: http://www.youtube.com/watch?v=iK3ltugBE2M.

Tendría que acabar delicadamente con la ilusión de una niña. A él se lo dijeron a los 11 años, pero lo había descubierto a los 7, cuando su madre no pudo evitar estornudar durante la noche mientras colocaba los regalos en el nacimiento y él aún no se dormía. Extraña los estornudos de su madre, parecían extranjeros, no eran en español, y no traían subtítulos.

Miriam pedía cosas dinámicas, exigentes con quien los usaba: un micro hornito, unos patines, … una vez pidió un Playstation 2, pero no se lo regalaron. Esta vez Miriam quería un iPod, una bicicleta y la película de Kung Fu Panda 2. La elección se reducía a sets de belleza Mi Alegría, pistas Hot Wheels, rompecabezas de 500 piezas, peluches… Adán no era un rey mago, pero al menos pudo conseguir la película de Kung Fu Panda 2.

De regreso vio muchos globos de helio atorados en cables de luz y teléfono.

Llego a la casa ya muy entrada la noche. Su abuelo se le acercó.
- ¿Cómo te fue?
- Ya casi no había nada.
- ¿Qué le trajiste?
Adán sacó de la bolsa que le dieron en la tienda la película de Kung Fu Panda 2, la pista Ataque Piraña de Hot Wheels y unos chocolates. Él y su abuelo los pusieron en el nacimiento con una decepción pasajera en el desempeño mágico de Adán.

Su abuela estaba en el cuarto de Miriam con ella, viendo la tele, ambas recostadas en la cama. Adán llegó a saludarlas, haciéndole una seña a su abuela de que ya estaba todo listo. Su abuela se levantó, le dio las buenas noches a ambos y se retiro del cuarto apagando la luz de este. Adán se quedo viendo la tele un rato más con su hermanita. Antes de irse y apagar la tele, Miriam le dijo:
-¿No me pudiste conseguir mi iPod verdad?
Adán la miró con extrañeza y le sonrió.
-No te preocupes, sé que me gustará algo de lo que me trajiste.

Adán entró a su cuarto, encendió su computadora, revisó su-email y muro del facebook. Los reyes magos no visitaron su hogar en toda la noche, no iban a contestar nunca más sus cartas ni las de su hermana, todos sus globos iban a quedarse atorados entre cables.