Capturan a “El Mataperros”, responsable del incendio del Royale
Adán llegó tarde a  comprar el regalo de Miriam. La mayoría de los almacenes, tiendas y  puestos de tianguis ya sólo exhibían los regalos que ningún niño en su  sano juicio elegiría, juguetes que son insultos de regalar hasta para  niños con síndrome de Down, respaldándose en la lógica de que son  demasiado estúpidos para diferenciar un MicroMachine de  un cubo de Lego, o una ficha de Monopoly del dinero para su leche… al  final todas esas cosas acabaran metidas en su nariz. No tenía  intenciones de insultar a su hermanita, y tampoco tenía las ganas de  confesarle que los Reyes Magos no existen, un día antes justo de su  llegada.  Recordó el video que varios contactos habían posteado en su  muro ese día: http://www.youtube.com/watch?v=iK3ltugBE2M.
Tendría que  acabar delicadamente con la ilusión de una niña. A él se lo dijeron a  los 11 años, pero lo había descubierto a los 7, cuando su madre no pudo  evitar estornudar durante la noche mientras colocaba los regalos en el  nacimiento y él aún no se dormía. Extraña los estornudos de su madre,  parecían extranjeros, no eran en español, y no traían subtítulos.
Miriam pedía  cosas dinámicas, exigentes con quien los usaba: un micro hornito, unos  patines, … una vez pidió un Playstation 2, pero no se lo regalaron. Esta  vez Miriam quería un iPod, una bicicleta y la película de Kung Fu Panda  2. La elección se reducía a sets de belleza Mi Alegría, pistas Hot  Wheels, rompecabezas de 500 piezas, peluches… Adán no era un rey mago,  pero al menos pudo conseguir la película de Kung Fu Panda 2.
De regreso vio muchos globos de helio atorados en cables de luz y teléfono.
Llego a la casa ya muy entrada la noche. Su abuelo se le acercó.
- ¿Cómo te fue?
- Ya casi no había nada.
- ¿Qué le trajiste?
Adán  sacó de la bolsa que le dieron en la tienda la película de Kung Fu  Panda 2, la pista Ataque Piraña de Hot Wheels y unos chocolates. Él y su  abuelo los pusieron en el nacimiento con una decepción pasajera en el  desempeño mágico de Adán.
Su abuela  estaba en el cuarto de Miriam con ella, viendo la tele, ambas recostadas  en la cama. Adán llegó a saludarlas, haciéndole una seña a su abuela de  que ya estaba todo listo. Su abuela se levantó, le dio las buenas  noches a ambos y se retiro del cuarto apagando la luz de este. Adán se  quedo viendo la tele un rato más con su hermanita. Antes de irse y  apagar la tele, Miriam le dijo:
-¿No me pudiste conseguir mi iPod verdad?
Adán la miró con extrañeza y le sonrió.
-No te preocupes, sé que me gustará algo de lo que me trajiste.
Adán entró a  su cuarto, encendió su computadora, revisó su-email y muro del facebook.  Los reyes magos no visitaron su hogar en toda la noche, no iban a  contestar nunca más sus cartas ni las de su hermana, todos sus globos  iban a quedarse atorados entre cables.